A pesar del crecimiento económico que experimentaron los países capitalistas industrializados durante la década de 1960, en las sociedades se produjeron fuertes tensiones sociales y expresiones de descontento político por diversas causas. Los principales protagonistas de estas manifestaciones de descontento fueron los jóvenes.
En los Estados Unidos amplios sectores de la juventud denominados “hippies” se revelaron contra la sociedad de consumo y buscaron una forma alternativa. Rechazaron el modo de vida americano, el sistema político y experimentaron nuevas formas de relaciones interpersonales, con los valores de amor, libertad, anarquía, no violencia, naturaleza y utilizando diversos lemas como oposición a la guerra de Vietnam, viviendo en comunidades y revelándose a todo.
Partiendo de la forma de vida aislada que eligieron: las comunas hippies. Luego siguiendo por un análisis de sus ideales con los colores llamativos de sus ropas saliendo de un estilo formal que se acostumbraba en la época, los cuales trajeron acontecimientos positivos y negativos para la actual sociedad.
Forma de actuar negativa debido a la elección de las drogas alucinógenas, el sexo sin límites, y el seguimiento de la nueva música que los distinguía; el rock and roll.
La moda
Los hippies como anteriormente fuimos nombrando se revelaron contra la sociedad, es por eso que la forma que adoptaron para vestirse resaltaba totalmente y salía del estilo común y formal de la sociedad. Pero más que una simple manera de vestir, fue todo un movimiento social.
Durante esta época nacieron los clásicos “patas de elefantes”, las camisas hindúes, el pelo largo y desordenado, era común verlos con pantalones vaqueros, faldas floridas, carteles con la efigie del Che Guevara. Nunca se los veía peinados, se bañaban en muy pocas ocasiones, tenían barba hirsuta.
Las mujeres buscaban la comunidad más que la estética y la ropa ya no tenia sexo, eran prendas unisex. El pelo tampoco era ya un signo de distinción; caminando de espalda, muchos hombres parecían mujeres de eternas cabelleras. Mientras tanto las flores, símbolo de la época, se usaban tanto en la ropa como en el pelo y representaban la ideología utópica que los guiaba en la llamada “revolución de las flores”.
La Religión:
La juventud de los años 60 dirigió sus ojos y su espíritu a Oriente, a civilizaciones que tenían un concepto diferente de vida y del hombre. El Dios hippie se parece al Eso de Zen budista. La impronta religiosa ha impregnado siempre el universo hippie. La comunión de la naturaleza revistió muchas veces un carácter místico. Las civilizaciones mayas, aztecas, o incas inspiraron a los hippies formas de comunicación no verbal, telepáticas, obtenidas a través de antiguas drogas. Los jóvenes peregrinaron al Tibet, al Machu Pichu, a las arenas de Tunez o Marruecos en busca de alternativas espirituales.
Música: Rock:
Uno de los signos de identidad fundamentales de la juventud de los años 60 fue la música. El rock atravesó todas las etapas por la que pasaron: ascenso, estancamiento y caída.
Este es en un principio hijo del jazz, procede de la fusión de dos ritmos: blues y folklore musical, y hallaría su ídolo funcional a mediados de la década de 1950 en la figura de Elvis Presley, aun cuando desde la primera grabación de blue registrada en la historia (“Crazy Blues”, un tema cantado en 1920 por Mammie Smith) hubieran pasado casi tres decenios.
El movimiento sintonizo sin dificultad con la música rock y encontró en ella un vehículo de expresión y afirmación. Los grandes festivales al aire libre de Monterrey (1967) y Woodstock (1969) fueron momentos culminantes de esa simbiosis entre los jóvenes inconformistas y la música hecha por ellos y para ellos.
La experimentación y los sonidos más radicales y disonantes de artistas como Manis Joplin, Jimmy Hendrix y el destructivo Jim Morrison, hacían delirar a las drogadas masas y se transformaron en mitos vivientes de toda esta generación.
jueves, 20 de agosto de 2009
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